Los costes de un divorcio son difíciles de estipular ya que varían en función de si la pareja está de acuerdo en los términos, de si se recurre a la justicia o del tipo de procedimiento.
Cuando al punto final de los finales no le siguen dos puntos suspensivos, a menudo, la historia termina en divorcio. Este es un camino que siguen alrededor del 60% de las parejas en España, donde la duración media de una relación matrimonial que termina en divorcio se sitúa ligeramente por encima de los 16 años. Si tú también te has preguntado cuánto cuesta un divorcio en España, déjanos comentarte que su precio es difícil de determinar sin un contexto. Hoy en día, el coste varía en función de si la pareja está de acuerdo en los términos del divorcio, de si se recurre a la justicia o del tipo de procedimiento que se lleve a cabo. Además, también entran en juego los honorarios del abogado y el coste del procurador en caso de que así se requiera.
Lo más importante como punto de partida para determinar cuáles van a ser los gastos a incurrir en un procedimiento de separación o divorcio es saber si este será de mutuo acuerdo o contencioso.
Si hay acuerdo, el proceso, aunque arduo, se simplifica.
Aunque cualquier cantidad es importante, especialmente en momentos de crisis e incertidumbre, lo cierto es que el problema económico que suscita un divorcio no obedece al coste de los trámites legales sino al cara a cara que supone enfrentarse a una nueva vida por separado. En cualquier caso, si el divorcio se produce por la vía amistosa o de mutuo acuerdo, el camino se allana a todos los niveles, tanto en el plano emocional como en el financiero. De esta forma, los trámites pueden llegar a aligerarse en el tiempo reduciendo, además, la carga económica. La diferencia, en lo que respecta a los costes, es notable. En el caso de un divorcio de mutuo acuerdo el presupuesto medio se sitúa alrededor de los 1.000 euros y se resuelve en un plazo de uno a dos meses. Por el contrario, en los casos de falta de entendimiento, el procedimiento deberá resolverse por la vía contenciosa y la factura entre abogados, poderes para el procurador, investigaciones y peritajes diversos, puede disparar el monto final a abonar.
Un divorcio por vía contenciosa puede disparar el coste final
En los casos de falta de entendimiento a la hora de proceder a la separación legal de dos cónyuges, el divorcio se llevará a cabo a través de la vía contenciosa. Esta modalidad puede traer como resultado un coste final mucho más elevado que un divorcio amistoso.
La factura de los abogados, procuradores, liquidación de regímenes anteriores, redacción del convenio regulador, peritajes… El gasto promedio de este tipo de divorcios en España es de alrededor de los 6.000 euros; sin embargo, como todo en esta vida, depende.
Divorcio exprés: una separación ‘low cost’
Los cambios legales introducidos en 2005 en la legislación española simplificaron los trámites para los casos de mutuo acuerdo con la aprobación del llamado divorcio exprés.
Está modificación acabó con la obligatoriedad de la separación como paso previo al divorcio. Basta con que el matrimonio, además de estar de acuerdo en los términos, tenga más de tres meses de antigüedad para poder finalizar legalmente con la unión matrimonial. La pareja puede estar representada por el mismo abogado, con lo cual se comparte también este gasto. A la hora de enfrentarse a un divorcio exprés, se tienen en
consideración tres supuestos diferentes:
– El supuesto más sencillo pasa por que la pareja no tenga bienes en común, lo que se logra con un régimen económico de separación de bienes, y que al mismo
tiempo tampoco tengan hijos. Evidentemente, esto simplifica el procedimiento,
ya que una vez se firme el convenio regulador, se presentará la demanda con su documentación en el juzgado.
– En el caso de que existan hijos en común, se deberán adoptar los acuerdos
necesarios que regulen la protección y el cuidado de los mismos.
– Cuando la pareja dispone de bienes en común en régimen económico de sociedad de gananciales, se ha de realizar el inventario de todos ellos, tanto el activo como el pasivo, repartir el líquido, adjudicar deudas si las hubiera sin faltar al principio de equidad.